El teatro en la infancia es una de las mejores formas de expresión, diversión y desarrollo. A los niños/as les gusta y lo pasan bien y además favorece a la evolución de cada parte de su cuerpo y mente. El teatro ayuda a los niño/as en la mejora del lenguaje, de la compresión y especialmente de la expresión. Amplían su vocabulario; mejora la pronunciación, entonación y vocalización. La dramatización influye positivamente en la expresión corporal y gestual; en la comprensión de su cuerpo (de cada una de sus partes: los brazos, las piernas, la cabeza, sus ojos), de sus posibilidades de acción y sus limitaciones. Y en la creatividad y originalidad de actuación, de expresión plástica y musical. Potencia el desarrollo psicomotor y el movimiento espacial, es decir, la lateralidad y el desenvolvimiento con confianza y seguridad en el medio.